miércoles, 20 de febrero de 2013

Digamos que, el punto exacto entre tus ojos y mi voz, es un reloj.
Puestos a decir, imaginemos que no haga falta tocarnos para sentirnos y, que el tacto de tu piel estuviese atrapado en mi mirada, como si supiese que decir a través de mi. 
Cómo si hablases desde mi, por y para alguna luna muda conquistada por Dios sabe quién.

¿Un reloj entre los dos?, qué cosa tan tonta.. ¿verdad?

A lo mejor es eso, exactamente, lo que nos une y separa; Tiempo. ¿Por qué no? Cada segundo es un aliado más, o uno menos. 
A lo mejor somos nosotros, que no tenemos ni puta idea de que decirnos, o de como actuar dentro del reloj. 
A lo mejor tú marcas las 12 y yo las 6. 
A lo mejor nos llevamos seis horas de desventaja, a lo mejor es eso por lo que no nos encontramos.
Joder, podría ser, ¿no?.. es una explicación válida dentro de tanta inquietud albergada. 

¿Y por qué no encontrarnos, accidentalmente, en una cuidad remota, siendo sin ser nosotros; sino otros?. 

A lo mejor nuestra oportunidad está en otro cielo, y siendo algo que no somos esta vez.

Podríamos sentarnos a tomar café en cualquier bar y, acto seguido, hablar de la felicidad que estamos construyendo por separado. 

Pero, supongo que idealizo demasiado.. Mucha imposibilidad en mis palabras, y aún más en que, ese acto momentáneo, se produzca entre aquellos que se quisieron más de cien lunas rotas seguidas. 
Sería tan estúpido como intentar robar el mar azul para no olvidarte nunca tu mirada.. porque por alguna extraña razón, tendría que ser azul.. sino no serías tú. ¿Comprendes?

martes, 5 de febrero de 2013


Estábamos sentados, ¿recuerdas?. 

Al borde de aquel gran precipicio llamado 'cama' dejábamos colgar las piernas. Sin preguntarnos el porqué de nosotros, el porqué de esas sábanas y no otras..

- "Dime lo que quieras decir de verdad, no lo que debas", me dijiste. 

Y, joder, aquello era lo más bonito que jamás me habían dicho. 
Creo que ha sido uno de los pocos momentos en los que apenas di importancia a todos aquellos silencios mal sonantes que solíamos conjugar en privado, a todos los "no puedo más" escondidos debajo de esa colcha de colores. 
Ni si quiera a los absurdos gritos susurrados en tu oído.

Qué más daba eso, me acababan de decir "te quiero" sin decirlo y, jamás pensé que esa idea fuese factible.. pero, en tu mundo no cabían imposibles. 
Tal vez fue eso lo que, desde un primer momento, me empujó a ti.. como si hubiese pasado por un proceso acto reflejo.
Que sería algo así como la acción realizada mediante un estímulo (que, en este caso, eres tú) que provoca la conducción de un mensaje a la médula(mi más pura atracción por tus inviables conquistas), la cual coordina la respuesta, llevándose a cabo la reacción. 

Aunque a veces, queda fuera de entendimiento utilizar el significado exacto de algo tan sentimental como lo que somos. 
Sin lugar a los porqués en blanco escritos en un folio y sin hueco para los "qué pasará después de esto..", a las inoportunas desconfianzas que un día lograron esfumarse y a los momentos en los que me dejas sin aliento por lo que eres.

Dime, que tengo que hacer para que creas a esta loca empedernida cuando te dice que no tiene ni puta idea de lo que quiere, cuando aparenta desdibujarse entre las sombras mientras tú, completo iluso, piensas que todo va bien. Que apenas cuesta y que el frío de mis manos es cuestión de tiempo.
Que solamente lloro cuando el tiempo pasa rápido.. sin saber que detrás de aquellas manecillas me encuentro yo, siempre. Y que por algún casual siempre nos encontramos, con o sin reproches.. 
A veces me cuesta entender esta forma extraña de querernos, es como si mi mirada se hubiese quedado atrapada dentro de ti, o como si tus ojos me perteneciesen desde que supe que el cielo es azul.


Tan raro.. tan perfectamente caótico.


sábado, 2 de febrero de 2013

Por la presente, me declaro culpable del incurrimiento de dejar de hacer algo necesario. 
De dejarme a mi, y de no dejarte entrar a ti. 
Me declaro culpable de mi presente, que es como un temerario coche sin frenos, descarriado y calle abajo.
De mis infortunadas palabras o silencios que otorgan demasiadas lunas rotas..

Porque, en ocasiones, las palabras dejan recovecos, vacíos demasiado profundos como para poder pronunciarlos sin que den vértigo. 

Surcos en el vocabulario, intentos de silencio que acaban en fracaso cuando uno de los dos incumple el contrato. 
Cuando uno de los dos habla, sin saber que decir si quiera. 
O sabiendo lo que uno de los dos duda, lo que las noches gritan.

Ojalá supiera rellenar esas lagunas, con palabras o con la ausencia de ellas, pero evitando que podamos ahogarnos en ellas

Hacer de ellas un camino fácil por el cual pueda precipitarse el tiempo sin menester de manecillas.
Entre suspiro y tic-tac podríamos contarnos los lunares, o hablar de este trastorno afectivo que trastoca nuestros planes de lunes a domingo. 
Pero el hecho de quedarnos a escuchar el latir del reloj suena tan desusado que no puedo resistirme a idealizar la percepción de vivir dentro del tiempo, ser el motor que impulse vuestros segundos y de empujaros a vosotros mismos a la calamitosa impulsividad y, porque no, a las sonrisas sin ser rotas, aunque efímeras al fin y al cabo.


Dame un par de manecillas que yo me encargo de desmenuzar al tiempo.



https://www.youtube.com/watch?v=gRwFRMGpTWg