martes, 4 de septiembre de 2012
Sin volver, vuelvo
"No quiero volver, pero vuelvo"
Es como aquello que no gusta pero que, a veces, hace falta. Como un Lunes caducado, un café con sal, o como el verte sin querer.
Ser el "te odio" de su boca, o el "ojalá te pudras", que, al principio duele. Siempre. Pero luego.. luego ya no. Luego es otra historia.
Supongo que son los detonantes de un final amargo, de un domingo a ciegas o, tal vez, de un cine a solas.
A menudo pienso en como se llega al momento de ensuciarlo todo, de enturbiarlo o de joderlo. Cuáles son las palabras exactas, con sus acentos, puntos y comas. Porque, en ocasiones, ni siquiera se sabe el porqué de todo. Solo estás ahí, y de alguna manera tú y tu orgullo queréis iros sin perder. Es como estar en un bosque sin mapa.. o lo que es peor.. perder el Norte teniendo brújula.
Yo no se si tengo brújula pero Norte seguro que no. En los momentos de crisis sin quererlo me pierdo. Y sin querer me olvido de esas palabras exactas que me llevan al caos, al desorden mental y al nerviosismo puro. Y de esas personas que me ayudan a aliviar. Que convierten esa taza de nervios en un poco de calma con leche y azúcar.
Lo que si se es que, bajo presión, se trabaja de culo. Yo, al menos.
Yo lo único que quiero es dejar de ser un Lunes cansado. Olvidarme del color de las paredes de mi habitación, y olvidarme de quién, de qué y porqué. Olvidarme de mi, aunque sea solo un poco.
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