Hay veces que me pregunto como hubiese sido mi vida sin ti, pero no me la imagino. Supongo que es porque contigo empecé a usar el sentido común. Aunque luego lo perdiese. Aunque luego se fuese con la cordura y con tus desdichas.
El amor y el desamor se chocaron, como cuando rompe las olas del mar con las rocas. Como cuando me decías "todo irá bien" en el infierno. Supongo que una mentira camuflada de verdad de tu boca siempre bastaba. Era suficiente para no perder o para no perderte. Ahora no me hacen falta trenes, ni kilómetros de por medio. Yo solo quiero perderme y que te pierdas, pero no conmigo.
Solo quiero que recuerdes que mis Domingos ya no son tuyos, que nos separa un abismo medio roto y que está Luna muda, ya no es de los dos.
Supongo que cuesta creerme cuando digo que, el despertar, ya no es tan rojo, ni tan negro. Ahora mis despertares son solo míos y de esta infernal locura a la que llamo "cabeza".
sábado, 1 de septiembre de 2012
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