Como cuando ves ese tipo de
película en el que todo el mundo lucha en este mundo caótico. Y te ves ahí,
tirado en el desastre de tu vida, malgastando y maldiciendo al tiempo. Tirado
en la cama mientras la vida pasa y tú pasas de ella. Mientras te agota eso de
echar de menos cosas que antes detestabas. Como el querer tener rutina, por
odiosa que sea, porque sin ella te odias más. Porque sin ella ya no es tan
apetecible dormir, ni malgastar el tiempo a ratos. Que este Octubre vacío
trae demasiada melancolía, demasiadas preguntas y sólo una respuesta; yo.
Yo que creía que podía, a veces, se que puedo, otras se me olvida. Pero mi don es el recuerdo, olvido recordando. Invento cosas imposibles, cosas tontas y tonta yo.
Que en Octubres como éste hay que saber llevarse con la lluvia, y hacerse amigo del frío que, así al menos, no nos entumecerá tanto los huesos. O que ayude a calmar este dolor de lunes a viernes, que ahoguemos las penas en vasos y que, algún domingo, prometamos cambiar nuestro mundo caótico. Pero sólo alguno.
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