domingo, 28 de octubre de 2012

Bienvenido

Querer irme, divagando por la acera mientras, esos transeúntes, no paran de mirar mis dos oscuras Venecias con retinas. Desconocidos y con más prisas de la cuenta, con menos tiempo que yo. 

- "Dispárame" le dije al viento.

Sentía que, aquí, me quedaba poco tiempo siendo yo. 
Conformarse con la realidad era demasiado inconformista para mi, los buenos días ya sólo eran cachitos de melancolía y las tardes, vaivenes de sin sentido. 
Dentro de este silencio desgarrador se escuchan demasiados "sácame de aquí, aunque sea a escondidas", gritos de auxilio sin querer salvarme, y muchos "estoy bien" a tiempo parcial, sin intenciones de convencerte con mentiras.. lo más mínimo. 
Cuando sale el sol intento convencerme a mi, "estoy bien", ¿verdad?. Creo que me miento tanto que ya no creo en ti. Intento dar demasiadas soluciones al mundo, hacerme una idea de como combatir días grises engañándome con cielo azul, de como querer ser sin tener ni puta idea. De saber confiar llamándome "Miedo" y de como aparentar los buenos días de la mejor manera existente. 
Me aferro al "ojalá", a mis malas costumbres que siguen sin cambiar y a los viajes en autobús. Me dan la vida. Y muero cada vez que duermo. Porque, como ya dije, creo que me miento tanto que ya no creo en ti. Y éso, es algo que ni yo misma sé cambiar. 

Es ridículo querer sentirte a ti cuando ni yo misma sé sentirme, ¿no?
Y caótico quererte más de la cuenta. 



Bienvenido a mi caos, al vaivén del sin sentido. A la vida misma.

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