-“El Destino existe”, dijo con la voz entrecortada
El Destino es eso que a veces pasa, que hace que estemos ahí en ese puto instante y a esa puta hora. Ni cinco minutos antes, ni cinco minutos después. Y que ni siquiera sabemos explicar. Como cuando el despertador falla una mañana y te salva la vida por el simple hecho de haber perdido un tren. O como cuando algo desde dentro de ti te hace que mires atrás y ves algo que, sin eso que te incitó a mirar, no hubieses visto. Es el ir caminando de punta en blanco por la calle y que por algún casual la puñetera paloma cague a un milímetro de ti, sin rozarte siquiera. Correr para después perder el autobús y tener que ir en tren, para ver a ese señor que está luchando cada día por ser un poco más feliz, aunque no tenga ni casa, ni piernas. Y automáticamente darte cuenta de que, a veces, sin querer derrochamos el tiempo en tonterías. Es el estar en el supermercado y que suene esa canción que te pone alerta. Es ese domingo, que aunque asfixia, hace que tu rutina cambie de repente.
Son esos instantes, que sin quererlo, pasan. Y que siempre, sea por lo que sea, pasan por algo.
Somos tú y yo en mundos distintos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario