Sueños que me devuelven y me recuerdan la dependencia de tu esencia, de tu ausencia. Cada noche. Atrapan tu recuerdo y hacen que mi subconsciente me traicione. Y al levantarme, el despertador me aprieta.
La debilidad del momento toma las riendas de la situación y me dirige a un bucle en espiral del que ni si quiera las lágrimas me salvan. Por las noches todo el calor del Sol se esfuma; y entre mi almohada y yo solo hay miedo y ansias de soñar bonito.
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